De líderes, no líderes y liderados
Por Pablo Furnari
El liderazgo es algo que trasciende los ámbitos. El deporte, la política, el trabajo…En todos ellos el liderazgo juega un factor fundamental.
Tuve el privilegio que Enrique Macaya Márquez prologué mi último libro “Todos Somos DT”. No es un libro de deporte, es de management y gestión. Un paralelismo entre las claves de éxito en el mundo del deporte aplicadas a cualquier negocio.
Cuando tuvimos la primera charla para empezar a trazar algunas líneas del prólogo (marzo de 2017) empezamos a hablar de un tema central del libro que es justamente “liderazgo”.
Y naturalmente salió el tema si Messi es o no líder.
Toco este tema por todo lo que viene pasando alrededor del mundial, por todo lo que se viene hablando de Messi poniéndolo nuevamente en el centro de la escena con críticas.
Macaya hace más de un año me decía “…personalmente creo que hay condiciones necesarias para ser líder. Divido esto de la siguiente forma; primero diferencio al ídolo – a ese excelente jugador – del crack. ¿Qué es ser crack? El crack debe tener una cantidad de virtudes que no tienen los jugadores excelentes. Pero hay una virtud que tiene todo crack la cual es una cuota de liderazgo. Cracks eran Alfredo Distéfano, Cruyff, Pelé y Maradona.”
“¿Y Messi?” Le pregunté.
“Empezó siendo capitán cuando fue dirigido por Sabella para ver si terminaba siendo líder a través de la autoridad que le daba la capitanía, pero no desde el carácter. No es fácil “hacer” a un líder. No se hace a través de toque con una varita mágica. Las aptitudes de líder terminaron siendo las de Mascherano. Él fue el que olfateó la necesidad del liderazgo y la cumplió. Esto demuestra que no necesariamente para ser líder hay que ser el mejor técnicamente…”
Desde hace tiempo opto por explicar cuestiones sencillas de la vida diaria empresaria desde el ángulo del deporte, con particular enfoque en el fútbol por todo lo que representa para nuestra sociedad.
Para comprender este enfoque hago un enfoque similar entre lo que es un gerente – al cual llamo “gerente DT” – y el empleado al cual identifico como “jugador empleado”.
Casi siempre atribuyo la mayor parte de la responsabilidad por el éxito y el fracaso de cualquier negocio a la habilidad del “gerente DT” en el armado de sus equipos de trabajo.
“La primera conjetura que se hace sobre el talento de un príncipe es ver los hombres que tiene alrededor. Cuando son suficientes y fieles, siempre se lo puede considerar inteligente, porque ha sabido conocerlos bien y mantenerlos fieles. Pero cuando sean de otro modo, siempre se puede formar sobre él un juicio poco favorable, pues el primer error que comete, lo comete en esta elección.”(Consejo de Maquiavelo a Cesar Borgia – El Príncipe)
Armar un equipo de trabajo, independientemente para que sea, requiere de dos cosas muy importantes.
La primera son los recursos que tenemos para disponer de los mejores “jugadores empleados” que podamos.
Y la segunda, la capacidad del “Gerente DT” en la ingeniería humana necesaria para lograr armonía entre su gente y que por sobretodo cada “jugador” este en el puesto adecuado. Uno de los mayores retos es encontrar unidad entre la diversidad. La unidad implica cualidad de ser un equipo. Pero dicha cualidad no necesariamente implica semejanza de los integrantes, por el contrario implica complementación!
Recién a partir de estas dos cosas podemos construir una tercera.
Formar un equipo no termina cuando resolvemos el problema de ingeniería social.
A partir de este punto tenemos que trabajar con los “empleados jugadores” para conectarlos con algo más grande que ellos mismos.
Crear un equipo exitoso, requiere que los individuos involucrados renuncien a sus intereses para la mejor conveniencia afín que la totalidad del grupo sume más que la totalidad de las partes. Desde ya esto no es fácil en estos tiempos en donde el pasatiempo número uno es la exaltación del ego.
“Los buenos equipos acaban por ser grandes equipos cuando sus integrantes confían los unos en los otros lo suficiente como para renunciar al ‘yo’ por el ‘nosotros’.” (Phil Jackson, Manager y ex DT multicampeón de la NBA)
Cada negocio tiene un potencial de ingresos que le permite tener un recurso limitado en sueldos, honorarios, comisiones, etc., de la gente que trabaja en el mismo.
Los recursos en personal del dueño de un restaurante, de un consultorio odontológico, de una Pyme industrial o de una empresa multinacional, por citar ejemplos, no son los mismos.
La secretaria de un presidente de una gran empresa, no gana lo mismo que la recepcionista de un consultorio médico. ¿Esto implica que esta última sea menos considerada por su “DT” que en el primer caso? Seguramente no! Es más, me atrevería a decir que en algunos casos tienen más responsabilidades y tareas y son más imprescindibles, especialmente en reemplazos por ausencias, en el consultorio médico que en la gran empresa.
Uno debe ser asertivo con lo que dispone. Tener a los mejores jugadores en la cancha no es suficiente, uno debe tener los mejores jugadores en las posiciones correctas. Y si no tenemos los recursos para tener a los mejores, al menos tengamos lo que podamos en donde mejor se desempeñen, en su zona de fortaleza. Esto técnicamente se llama “buscar el trade off” o punto de equilibrio entre lo óptimo y lo que podemos.
Para colocar a las personas en su zona de fortaleza hay que tener en cuenta que cada “empleado jugador” tiene un lugar donde dar lo mejor de sí. Cuando los líderes entienden esto, cuando el “Gerente DT” sabe la aptitud de cada uno de sus jugadores, sus equipos se desempeñan en un nivel superior.
Con esto quiero decir que con solo importa el plantel, sino cómo ubicamos a cada integrante dentro del equipo.
“Es como en el sexo…si el jugador no quiere en determinada posición, no hay que insistirle.” (Carlos Bilardo)
Tener a las personas idóneas en los puestos adecuados es esencial para el éxito individual como “DT’s” y colectivo como equipo.
Desde hace muchos años estoy en contacto permanente con gente de empresa, de cualquier tipo de negocios y de cualquier punto geográfico. Cuando analizo qué pasa entre el comportamiento o desempeño de la gente versus los resultados de las empresas, negocios, etc., veo más o menos lo siguiente:
– Cuando ponemos a la persona equivocada en el puesto equivocado no solo no se progresa sino hay una regresión de esa persona.- La persona equivocada en el lugar adecuado, es decir en el lugar donde necesitamos gente, se genera frustración tanto de la persona como nuestra.- La persona idónea en el lugar equivocado genera confusión, porque sus aptitudes no están para lo que hace y se aburre…- La persona idónea en el lugar adecuado, es muy bueno pero…- “Las” personas idóneas en “los” lugares adecuados genera el verdadero equipo.
Hay que liderar a cada uno de nuestro equipo de distinta manera. No todo el mundo responde al mismo estilo de liderazgo.Cierta vez escuche una frase inteligente, de esas tantas con las que uno se cruza en la vida, respecto a la forma de educar a los hijos. Dice “un padre inteligente trata a sus hijos por igual, es decir a cada uno de modo diferente”.
Cuando tengamos en nuestro equipo “jugadores empleados” con talento y que destacan, debemos saber que el “gran” talento no es muy amable con quienes no lo tienen. De manera que hagamos un favor al talentoso: no lo rodeemos de gente de segunda… rodeémoslo de lo mejor que podamos!
*Pablo Furnari Director General – Programa Primera Exportación